El tatuaje, una manera de hacer arte sobre la piel

Mujer tatuadora: Conocé el mundo de los tatuajes, desde la experiencia de la artista visual Cintia Ibañez.

Cintia se tatuó por primera vez cuando tenía 26 años, hoy tiene 37 y ya dejó de contar la cantidad de tatuajes que tiene en su cuerpo… Desde hace tres años también graba su arte en otros.

Por Ideas Culturales

Nos sumergimos en el mundo de los tatuajes de la mano de Cintia Ibañez. Ella es artista visual, docente en Artes y, además, decidió dedicar parte de su tiempo a esta actividad que la apasiona, realizar tatuajes.

Los tatuajes se han usado desde hace miles de años, en diferentes culturas, incluyendo la americana. Sin embargo, pasó por una época en la que estuvieron mal vistos y hasta hoy, existen quienes los observan con desaprobación. Aunque actualmente, poco a poco, se van derribando algunos prejuicios y “ya no es un tema tan tabú”, dice la artista a Ideas Culturales.

Pero aquí, hay otra cuestión a desmitificar y es que hay profesiones u oficios para hombres y otras, para mujeres. Una de ellas, es la actividad de realizar tatuajes.

Aquí, conocerás la historia de esta tatuadora, que puede resultar de inspiración para otras personas, para que se animen a realizar actividades que todavía no son tan habituales entre su género.

–¿Cómo fue que ingresaste al mundo de los tatuajes?

–Siempre me gustó el tema de los tatuajes, pero vengo de una ciudad relativamente chica, donde no había tatuadores, pero cuando empecé a estudiar el Profesorado conocí a un amigo, Leo Morello, que es de la ciudad de Vera (Santa Fe), él ya se dedicaba al tatuaje y me empezó a gustar la idea.

Pasaron unos años y un día me aparece una publicidad de un curso de Tatuajes, entonces decidí probar. Lo realicé y en mi entorno me insistían en que me anime a practicar esta actividad, porque está muy de moda y es una manera de hacer arte sobre la piel.

Hasta que me animé, empecé a probar sobre piel sintética y sobre frutas, hasta que un día me largué y empecé a autotatuarme, estuve todo un año probando en mi misma, hasta que tomé confianza y empecé a tatuar a otros.

–Cuando empezaste a contar que te querías dedicar a esto ¿Qué te decían los demás?

–Bien, pasa que ya no era un tema tan tabú. También hay gente que no era muy amante de los tatuajes, o tenía ciertos prejuicios y cuando empezó a ver mis trabajos, dijo ‘Mirá se pueden hacer cosas más delicadas’, porque no todo es calavera y cosas así, hay para todos los gustos. Algunos se hace cosas chiquitas, más significativas y otros lo toman más artísticamente.

–¿Te han hecho comentarios por ser una mujer tatuadora?

–Yo lo veo como un beneficio al hecho de ser mujer, como un plus, porque por ahí hay chicas que se quieren tatuar partes más íntimas, entonces no se animan a ir a tatuarse con otros, o se sienten más tranquilas de tatuarse conmigo.

También hago muchos primeros tatuajes a gente grande, que por ahí antes no se ha animado, por la imagen, o por prejuicios de antes. Entonces tengo mucha clientela femenina y personas adultas.

–¿Cómo se forma la persona tatuadora?

–El quiere tatuar debe estudiar, tener una buena base de dibujo y pintura, teoría del color, proporciones, formas, luces y sombras, todo esto ya lo tenía. Después está la parte técnica, que es lo que me costó, donde aprendés sobre las máquinas y agujas.

Por otro lado, el tema de la bioseguridad que es muy importante, porque no se te puede pasar por alto ningún detalle. Hoy en día vienen muchos materiales descartables, entonces uno tiene esa tranquilidad y seguridad de que va a estar todo bien.

–Luego de formarte, ¿es una actividad en la que hay que estar actualizándose?

–Varía mucho en cuanto a lo tecnológico, porque van apareciendo máquinas nuevas, pero si uno ya tiene la base artística de dibujo, como en mi caso, ya está. Aunque siempre se aprende algo, los seminarios están buenos para intercambios y compartir con otros.

Por ejemplo, hace poco conocí muchos chicos que están trabajando muy bien en Paraná, gracias a un seminario que hice y siempre hay algo que te llevás, en cuanto a materiales, o técnicas, o algo que vos no hacías.

–¿Qué tipo de consultas te hacen las personas que quieren hacerse su primer tatuaje?

–Si duele o no –risas–, pero no es un dolor, es un pequeño ardor. Siempre trabajo despacio, para brindarle seguridad y tranquilidad, porque si la pasás mal, no vas a tener ganas de hacerte otro tatuaje.

Para mí es muy importante el cuidado del cliente, del momento y de los pequeños detalles. Hay distintas formas, se puede trabajar rápido y por ahí se la tiene que bancar el cliente, pero también se puede hacer de una manera más tranquila, demorar un poquito más, para que no la pase tan mal.

–¿Cómo es el proceso de la persona que quiere hacerse un tatuaje?

–Primero manda el diseño, se va viendo qué es lo que quiere, yo lo hago previamente por cuestiones de tiempo y de seguridad, porque tiene que ser una decisión de parte de la persona, no a las apresuradas, de lo que se quiere hacer.

Más allá de que hay chances de corregir, modificar o quitar con láser, no me gusta el factor sorpresa, me gusta que de antemano el cliente sepa cómo va a ser el diseño con el qué se va a ir.

–¿Vos también los asesorás con respecto al diseño?

— Si algo no me gusta, trato de modificarlo y buscarle la vuelta como para acordar. Por ejemplo, hoy nos reíamos con una chica que me había pedido un infinito con el nombre de los hijos y empezamos a negociar, a buscar otras ideas y terminamos modificándolo, porque más allá de que el infinito tiene un significado muy lindo, por ahí ha estado muy de moda, entonces hay muchísima gente con ese motivo.

Igualmente, si alguien me dice ‘No me importa, hacelo igual’, lo terminamos haciendo, porque la última palabra la tiene el cliente. Pero siempre intento que el diseño sea más personalizado y trato de asesorarlos, en cuanto al diseño, tamaño y disposición. A veces pasa que se quieren hacer algo en el cuello, pero el diseño no da en ese lugar, porque también hay que ver la anatomía de la persona y que quede bien ubicado.

–¿Hacés diseños pensando en futuros tatuajes?

–Al principio sí lo hacía, pero ahora por cuestiones de tiempo no. Dada mi disponibilidad de horarios, solo puedo hacer uno o dos tatuajes por día. También lleva su tiempo organizar y armar la agenda. Ahora ya estoy dando turnos para agosto.

–¿Cómo es la cuestión de la bioseguridad?

–La bioseguridad es fundamental para que no haya contagio de ningún tipo, se usan guantes descartables, se enfilma todo y se tira todo, nada se vuelve a usar en otra persona. Lo único que se reutiliza es la máquina, que también va cubierta.

–¿Todas las personas pueden tatuarse?

–Hay algunas contraindicaciones en lo que respecta a la salud. Por ejemplo, he tatuado personas con Diabetes, pero deben estar controladas y con la autorización de su médico, por una cuestión de cicatrización más que nada, pero si está controlado no debería haber problemas.

Además no se aconseja en ciertas patologías, como personas con psoriasis, con várices, pero siempre se puede consultar y pedir la autorización de su médico.

 También he tatuado en cicatrices, sobre recomposición de aureola, pero siempre esperando el ok del médico, porque tienen que pasar cierta cantidad de meses, para que puedan hacérselo.

–¿Qué pasa con las mamas que están amantando, o embarazadas?

–No es recomendable tatuar a mamás embarazadas, yo no lo hago. Durante el amamantamiento tampoco es aconsejable, porque siempre digo, un tatuaje no es una prioridad, es un lujo, entonces lo mejor es esperar.

–Una vez que la persona está tatuada ¿Cuáles son los cuidados que debe tener?

–Hay que cuidarlo como mínimo unos quince días, higienizarlo como si fuera una herida, evitar el sol, el contacto del agua con cloro, el río, el mar, entonces el verano no es muy aconsejable para tatuarse, especialmente para quienes no van a poder tener estos cuidados.

–¿Cómo se portan los clientes? ¿Siguen las recomendaciones?

–La mayoría sí, porque si no, no le doy más turnos –risas—soy muy insistente con eso, porque les digo: Estás invirtiendo plata, tiempo, poniendo el cuerpo, entonces tenés que cuidarlo, porque es 50 y 50, el trabajo del artista y el cuidado del cliente, hacen que haya un buen resultado.

A algunos les digo ‘Qué lindo que te quedó el tatuaje ¿Te lo cuidaste?’ Y me responde ‘No’, entonces eso es suerte, pero son los menos, porque hay que cuidárselo.

–¿Te ha tocado hacer tatuajes grandes?

–Por ahora no, porque todavía no puedo dedicarle más de tres horas por día, pero sí he trabajado en varias sesiones. También hay que bancarse esas horas de trabajo, no solamente para el que tatúa, la postura, la muñeca y las posiciones, si no también que depende mucho del cliente y su disposición.

Mi tiempo es limitado, porque me dedico a la docencia y tengo una nena de 5 años. Además, no trabajo en esto por una necesidad económica, si no por placer, porque me encanta hacerlo y lo veo como una manera de hacer arte, no sobre un lienzo, si no sobre piel humana. Me parece super importante que la persona te confíe su cuerpo para que uno deje su huella.

-Más sobre Cintia Ibañez:

Vivía en Malabrigo, norte de Santa Fe, hasta que hace diez años se mudó a Crespo, Entre Ríos.

Desde los 5 años que realiza cursos sobre arte, estudió en el Conservatorio Fracassi, donde se recibió de Profesora de Dibujo y Pintura y en 2008 egresó del Profesorado de Artes Visuales en Reconquista. Luego, siguió estudiando…

Hombre Arquetípico de Muestra:

El miércoles 15 de marzo, a las 20 horas, se inaugurará la primera Muestra Colectiva del año del Espacio Toda, donde participará con su obra: Hombre Arquetípico, junto a artistas de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires.

En la velada también actuará el Coro de Mujeres del Instituto Coral.

La muestra estará abierta al público durante 20 días, con entrada  gratuita.

El Espacio TODA, está ubicado en Mercado Norte, Santiago del Estero 3166. Local 28, Santa Fe.

*Podés ver la entrevista aquí:

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