Romani: “Uno tiene que animarse a cambiar aquello que no le gusta”

Ideas Culturales entrevistó a Roberto Romani, declarado Ciudadano Ilustre de la Provincia de Entre Ríos. Se refirió a su nuevo libro “La última estrella” y al que viene en camino, hizo un balance de su gestión, recordó su niñez y nos dejó su mirada sobre la cultura y la vida.

Por Ideas Culturales

Roberto Alonso Romani es de uno de los mayores referentes contemporáneos de la provincia de Entre Ríos, en materia cultural. Es una personalidad destacada, no solo por su trayectoria como comunicador, investigador, poeta, cantante, gestor cultural, o funcionario público, sino también por su forma de ser, humilde y generoso.

Acaba de publicar un nuevo libro La última estrella y viene otro en camino San Carlos un castillo de leyenda, con los que sumará 29 títulos (16 individuales, más 13 compartidos), junto a sus 20 grabaciones con poemas y melodías y más de 400 obras musicales. Además, recientemente fue declarado Ciudadano Ilustre de la Provincia de Entre Ríos, “por su contribución a la cultura y la identidad entrerriana”, por la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Entre Ríos, pero para él, lo más importante es otra cosa…

En su oficina, de puertas siempre abiertas, ubicada en el edifico de la Editorial de Entre Ríos, recibió a Ideas Culturales con su sonrisa amplia y un saludo cálido, el mismo que brinda a gurises y viejos, a changarines y altos funcionarios, a estudiantes, o destacados artistas.

Así son sus creaciones, llenas de matices, con el don de observar, de pintar historias con las palabras y dueño de una memoria prodigiosa, que comparte en el coliseo mayor, o en la escuela de campo o Isla más chiquita, con la misma intensidad y la misma pasión que lo caracteriza y lo hace un ser excepcional.

Estoy feliz, con expectativas y el nerviosismo propio, igual que como cuando nace un hijo… Es un misterio que empieza a ser compartido por todos, hasta que se publica el libro y ahí lo que uno escribió pasa a ser propiedad de todos.

Son sesenta relatos breves, es la primera vez que incursiono en este rubro, están ilustrados por el gran artista plástico Vicente Cúneo, realizado y puesto en marcha por la Editorial de Entre Ríos.

Hay relatos que tienen que ver con la historia de Entre Ríos, relatos de nuestra propia vida, de sueños, de esperanzas, de realizaciones que a través del tiempo han ido ayudándonos a vivir mejor y en otro orden, nos han ayudado a tomar conciencia de lo que es la realidad cultural de la Provincia.

 Los relatos están llenos de nostalgia del pago, hay descripciones de nuestros paisajes, de nuestros hombre y mujeres, que han calado hondo en la sensibilidad popular, hay curiosidades como, por ejemplo, las últimas visitas que hizo Carlos Gardel a Entre Ríos, o todo el trayecto desde 1870 cuando terminó la Guerra de la Triple Alianza, hasta hace poquitos años cuando devolvimos los muebles del Mariscal Francisco Solano López, que era el presidente del Paraguay y que estaban guardados en un Museo de la Provincia de Entre Ríos, entre otras historias de acontecimientos poco conocidos en la vida de Entre Ríos.

Después hay relatos de la cotidianeidad, algunos de cuando vivíamos en el campo, algunas sorpresas de las nuevas ciudades que fuimos conociendo, cuando viví en La Plata y cuando estuve en la función pública.

–Sí, ya está listo, ahora lo está trabajando la gente de la Editorial. Se llama San Carlos un castillo de leyenda, es un trabajo sobre toda la historia del Castillo San Carlos de Concordia.

Empiezo contando desde qué aborígenes habitaban la zona, como fue que se empezó a organizar Concordia, después qué les pasó a esos franceses que vinieron en 1883 y levantaron un castillo extraordinario con todos los lujos y la opulencia, pero después que lo terminaron, habilitaron frigorífico, una planta que trabajaba muy bien, se tomaron un barco y no volvieron nunca más.

De allí empezaron diversas historias sobre quién ocupó ese castillo, quienes vivieron, como fue la llegada de Saint Exupéry, el autor del Principito, quien se inspiró en muchos momentos que él vivió ahí para escribir esa obra cumbre de la literatura universal.

Más todos los acontecimientos que se sucedieron hasta la puesta en valor que se realizó recientemente y que le devolvió el esplendor a ese lugar. Así que va a ser interesante para todos aquellos que les gusta la historia y a los que les gusta meterse en los misterios de ese viejo castillo.

–…Intentamos hacer un mundo mejor desde el campo de la cultura, que como decía André Malraux, son todas las formas de pensamiento, de arte, de amor que, que hacen menos esclavo al hombre.

La sola posibilidad de pensar, que uno un trabajo literario, con una melodía, con un cuadro, o una artesanía, puede hacer más libre al hombre, es algo maravilloso. Es decir, es un hecho que trasciende a las problemáticas cotidianas, a las urgencias que tenemos los seres humanos.

La cultura con todas sus formas, en todos los ámbitos, siempre es una propuesta hermosa, para poder ver el sol entre la lluvia, como decían las hijas de Fellini…  Yo también siempre invité a mis amigos de cada pueblo que visité, que también puedan ver el sol entre la lluvia, pero los tenemos que ayudar…

Siempre intenté llevarle herramientas para ese vuelo, para ese enriquecimiento cultural. Fue el libro, la obra de teatro, las artes plásticas… Siempre tratamos de llevar aquello que a nosotros nos había hecho bien, tal como me aconsejaba mi papá…”

–Era un gurí feliz. Viví quince años en el campo y esa experiencia maravillosa, me permitió compartir con mis padres toda esa etapa esencial del crecimiento, cuando vamos descubriendo la vida desde el lomo de un caballo. Todos mis compañeros iban a la escuela a caballo, 23 caballos hubo atados en el alambre de la escuela.

Pensaba: esta será toda mi vida y yo creo que sí, eso fue lo más importante, esos quince años fui absolutamente feliz, tuve la posibilidad de vivir en el campo y compartir las experiencias con mi padre, con mis amigos que fueron los amigos de toda la vida.

Mis padres eran muy pobres, pero nunca nos faltó comida, ni afecto y así crecimos. No vivían lejos mis abuelos italianos y a unos 7 u 8 kilómetros, en Larroque, vivían mis abuelos, vascos franceses, de tal manera que no estábamos lejos de los afectos y crecimos en un clima de felicidad, de ternura, donde nunca faltó la caricia de nuestros seres queridos. En este libro, hay algunos relatos de esa infancia campesina maravillosa…

Después fui a estudiar a Larroque y posteriormente fui a estudiar a La Plata. La vida me dio la oportunidad de trabajar enseguida en La Plata, después en Gualeguaychú, en Gualeguay y desde hace 20 años en la función pública, en Paraná.

–En la función pública estuve 20 años, ingresé en diciembre de 2003 y me iré en diciembre de 2023, ya que llegarán nuevas autoridades que traerán su gente… Nos retiraremos no satisfechos, porque nos quedaron muchas cosas por hacer… Pero sí puedo asegurar que todos los días amanecimos con la necesidad de trabajar por los demás y que todo nuestro esfuerzo, fue para que Entre Ríos esté culturalmente de pie.

Algunas cosas las logramos, otras no y otras podrá lograr el gobierno que viene.  Nosotros ya tuvimos 20 años para trabajar en la cultura de Entre Ríos y más de lo que he podido aportar, cada habitante ha enriquecido enormemente mi vida y la visión que tengo actualmente de la cultura.

Nunca tuve como intención integrar un funcionariado. Yo estaba trabajando muy bien en la actividad privada, trabajaba en radio Gualeguay, trabajaba en un diario, hacía colaboraciones en la televisión, animaba festivales, vivía en la actividad cultural, y el Dr. Busti me invitó, para hacerme cargo de la Editorial de Entre Ríos por unos meses y cuando estaba completando esa etapa me ofreció la Subsecretaría de Cultura de Entre Ríos y ahí ya me entusiasmé, porque uno se da cuenta que puede hacer muchísimas cosas por sus hermanos, fundamentalmente por los que menos tienen y están más alejados de los centros poblados –Luego, fue designado Asesor Cultural de Entre Ríos.

Desde el 16 de diciembre 2003 hasta ahora, realizamos más de cinco mil actividades, es un número sí, pero en mi están los recuerdos de pequeños pueblos, vos mencionabas las Islas, fuimos a escuelitas en las Islas del Delta, a las que están frente al Uruguay, a las que están frente a Nueva Palmira, a las Islas Lechiguanas, o a rincones apartados de los centros, en los distintos departamentos, a veces hacíamos actividades para escuelas que tenían tres alumnos.

–Hace tres años fuimos a una escuelita en Colonia Espíndola, departamento Villaguay, porque querían grabar canciones entrerrianas con nosotros. Allá fuimos con Hugo Mena, los técnicos y los equipos. Eran el docente y cuatros alumnos.

Cuando estábamos grabando, ya estaba emocionado y más emoción me dio porque cuando terminamos de grabar me muestran que en el aula de ellos había un agujero en una esquina del techo y me cuentan que le pidieron al maestro, que no lo tape, porque ahí había un nido de Boyero

También me cuentan que le pidieron al maestro que cuando está el pájaro, no hablen fuerte, así no se va y sigue teniendo su pichoncito acá y sigue cantando acá, para nosotros.

Después le pedí a Hugo que me haga escuchar ese canal con las cuatro vocecitas, que tenían el mismo derecho que cualquier otro chico de cualquier ciudad, de poder participar de la vida cultural.

Pensaba, cuanto más linda sería la vida, si habría niños que pueden vivir con esa sensibilidad y con ese amor, la cosa cotidiana con un pájaro que hace su nido y canta en el aula. Esos niños volvieron a sus casas, en sus caballos, felices de haber participado de un hecho, para ellos, extraordinario.

Ese trabajo se llama, Escenario de los sueños, donde hay 4300 voces de niños entrerrianos, de todos los departamentos y entre ellos, las cuatro voces de la Escuela Leopoldo Lugones, de Colonia Espíndola. Para mí, estas son las satisfacciones más grandes que he podido vivir en la gestión.

–Sí, constantemente, no sé cuántas vueltas hemos dado por la Provincia, creo que no me quedó ni un pueblito sin visitar. Pudimos comprobar la enorme riqueza que tiene la Provincia de Entre Ríos y esto no va en desmedro de otras provincias que también tienen lo suyo, con una historia cultural muy rica, pero Entre Ríos tiene la particularidad que no vive de la historia…

Hace poco estuve en Villa Fontana, porque estaban en la tarea de la elección de su bandera y su escudo… y les decía de la alegría que sentía de estar con la gente sencilla, que trabaja en su pueblo, que tiene ilusiones, que va levantando las paredes de sus instituciones, porque así empiezan las grandes obras, con el compromiso, con la decisión de la gente que tiene un sueño con los demás.

 Es tan lindo hablar de ‘nosotros’ y en la vida cultural, fundamentalmente y no confundirse con los aplausos y las luces. Si vos hacés bien tu tarea y alguien te encuentra en la calle y te dice ‘que linda la publicación, lo que escribiste o grabaste..’, a vos te da satisfacción, porque es tu trabajo y que alguien te lo reconozca, siempre es una linda caricia.

Cuando a mí me presentan dicen ‘Roberto Romani que estuvo varias veces presentando actos en el Teatro Colón, que animó Cosquín…’, y yo digo sí, porque si bien es un hecho trascendente en lo artístico, animar en el Teatro, o estar en tantos lugares… pero no fue mi objetivo, ni lo más importante.

–Lo más importante es estar con los niños en la Escuela de Colonia Espíndola… o cuando fuimos, después de mucha lucha, a inaugurar un taller donde se enseñaba Acordeón en Feliciano, con Osvaldo Viano, (era el intendente, ya fallecido).

Íbamos recorriendo la hilera de todos los chicos con su Acordeona, algunos esperaban el turno para que su compañero les presente un rato el instrumento y la anteúltima, era una abuela de 86 años y me contó:

 ‘A los 8 años quería tocar el Acordeón, pero tenía que ayudar a mis padres, juntando leña y haciendo las tareas de campo, después me casé, tuve siete hijos, después la mayor se casó tuvo un bebé y la ayudamos a criarlo también, después que ayudamos a criar los nietos, se enfermó mi esposo y lo cuidé hasta el final de sus días. El año pasado él murió y cuando volví del cementerio pensé: Ahora voy a aprender a tocar el Acordeón. Y vine acá, me anoté y escuche…’ Agarró el instrumento y tocó La vestido celeste. Los ojos se le llenaron de lágrimas, a ella y a nosotros.

Entonces le digo a Osvaldo, ‘esto es lo que tenemos que hacer en la vida’. Si hacemos un festival y contratamos a Los Nocheros, o a La Sole, o no los podemos contratar, no importa, pero esta es la función indelegable, ponerle herramientas a la gente, como en este caso de la abuela, que antes quizás no pudo gravitar en la vida cultural, pero al final de sus días quién le quita la felicidad, que con sus dedos viejitos pero su alma joven, pueda tocar La vestido celeste.

Me parece que esas han sido las mayores alegrías, además de las alegrías familiares, de las hijas, de mi mamá que todavía la puedo ir a abrazar, que tiene 88 años y me enseñó muchas de las cosas que te estoy contando.

–Pudimos comprobar la enorme riqueza que tiene la Provincia de Entre Ríos y esto no va en desmedro de otras provincias que también tienen lo suyo, con una historia cultural muy rica, pero Entre Ríos tiene la particularidad que no vive de la historia…

Gualeguay fue declarada hace muchos años Capital Cultural de Entre Ríos, entonces el otro día decía en una charla en esa ciudad, lo hermoso que es comprobar que Gualeguay no solamente vive de la historia cultural, con Juan L. Ortiz, Carlos Mastronardi, Cesáreo Bernaldo de Quirós, entre muchos otros en todos los ámbitos de la cultura que alumbró; pero les decía, lo más importante es el presente que tiene con una cantidad de artistas y creadores en este tiempo.

Lo propio ocurre en la Provincia, cada vez que hacemos una convocatoria, como el Concurso Fray Mocho, hay cantidad de gente que se presenta, hay cuarenta, cincuenta o sesenta libros inéditos. Es decir, trabajos que están esperando ver la luz y seguramente habrá que multiplicar por veinte esa cantidad. Hay una presencia cultural enorme.

Lo mismo sucede cuando se abren las puertas de la Feria Internacional del Libro, o cuando nuestros artesanos van a la Fiesta de Palermo, siempre hay un entrerriano dejando el sello de su historia, de su presencia y su creatividad. Por eso uno tiene que sentirse feliz y orgulloso de habitar esta provincia que ha dado a tantos hombres y mujeres destacados, pero que además tiene a tanta gente luminosa que nos hace más linda la vida.

Juan de los Santos Amores murió el 13 de noviembre de 1995, lo conocí unos cuantos años antes. Él había venido a uno de los congresos de folklore que hace el IDAF y nos encontramos ahí. María Inés Zaragoza De Angeli, le dice que yo le puedo presentar un espectáculo y ahí comenzó la relación con él.

Empecé a conocer su vida y su obra. A partir de ese momento, empecé a presentarle todas sus actividades, por lo que estoy en el IDAF desde 1985. Después que él falleció, su esposa María del Carmen Pini y su hija Viviana, me pidieron que siga adelante y por eso los sigo acompañando.

A setenta años de la fundación del IDAF, el 11 y 12 de noviembre se hizo un gran reconocimiento a Juan de los Santos Amores, con delegaciones de todas las provincias que llegaron en su nombre, a la Plaza Próspero Molina y suben al escenario Atahualpa Yupanqui, de Cosquín. El hecho de que me hayan convocado para presentar el espectáculo, para mí también es una enorme distinción, junto con el animador de Cosquín y con Maia Sasovsky, otra destacada conductora.

Fue un placer, más que por estar otra vez en ese escenario, poder agradecerle a este maestro, porque por ejemplo un día llego al Impenetrable Chaqueño, donde fui muchas veces con el Padre Rubén Melchiori, íbamos a hacer cursos de poesía, de teatro, en rincones donde estaban nuestros hermanos Wichi. Un día llego a Sauzalito, en el corazón del Impenetrable, donde estaba conversando con una persona y me dice: ‘soy profesor de danzas del IDAF, acá ha venido Juan de los Santos Amores a tomar los exámenes’.

Entonces, por eso era grande Juan de los Santos Amores, fue a tomar exámenes a ese lugar, donde había que hacer en carro, muchos kilómetros y otros tantos en auto, desde Resistencia son 600 kilómetros. Y él hizo ese trayecto para acompañar a un profesor y tres alumnos. Este es un ejemplo de la tarea extraordinaria que él realizó.

Hay más de cinco mil escuelas de danza, guitarra y bombo que fueron fundadas por él. Se merece este reconocimiento, es absolutamente justicia, por lo que hizo en vida y por la continuidad que tiene esta institución.

–Les diría lo que me dijo alguna vez, una hermana franciscana de Gante y el Padre Alberto Paoli Lovera, que son personas muy importantes en mi vida: ‘Borges se sentía más orgulloso de los libros que había leído, de los que había escrito, bueno, vos también tenés que sentirte así, orgulloso de las cosas que has conocido, que has leído y de las experiencias del camino, más que los logros propios’.

Los logros propios son muy efímeros, los comparo con un fuego artificial, que dura 2 o 3 minutos antes de lo trascendente que es el espectáculo, es una llamada.

Me gustaría decirles que se animen a ser protagonistas, no porque ser espectador sea malo, es hermoso sentarse en las butacas de la vida y ver pasar a los hermanos, a los artistas, a los actores, a los que trabajan la tierra, la piel sensible de nuestros hermanos, pero es mejor sentirse protagonistas de lo que pasa, de nuestra escuela, en nuestro barrio, sencillamente, como empieza el protagonismo de un niño.

En el secundario, por ahí integrar un centro de estudiantes y animarse a representar a sus compañeros. Yo lo hice también cuando estaba en la Universidad Nacional de La Plata y me quedaron experiencias hermosas y tristes porque después nos agarraron a palos y me mataron algunos compañeros, pero la experiencia fue buena porque me enseñó que en la vida uno no se puede quedar esperando pasar el tren.

Uno tiene que animarse a cambiar aquello que no les gusta. Es una hermosa y necesaria militancia la de la escuela, la del club, el hospital, la de una comisión barrial, la participación de todos y después si se da que uno pueda participar de un partido político también.     

Nuestro pueblo, nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestra patria, no van a ser mejores por uno o dos iluminados, van a ser mejores cuando tengamos una buena conducción, pero fundamentalmente un protagonismo importante de la gente de abajo. Ahí está la razón de ser de los pueblos, ahí se alimenta la patria, ellos fueron los que engrosaron los ejércitos para hacer posible la libertad de medio continente y después para la organización de la República Argentina.

 –Me parece que es seguir viviendo, con lo que eso implica, seguir escribiendo, seguir cantando, seguir encontrándome con un poco más de tiempo, con las personas que me hicieron mucho más linda la vida, con los seres queridos, con mi propia madrea que la veo una vez por semana o cada quince días, a lo mejor ahora la puedo ir a ver día por medio, o a mis hermanas, mis sobrinos que tienen hermosas familias.

Es decir, disfrutar de otras cosas que por ahí la función pública no me permitió disfrutar cabalmente.

Nació el 26 de enero de 1957 en Larroque, Entre Ríos. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, ha trabajado en medios escritos, orales y televisivos, como así también en el campo de la investigación histórica, creación literaria, composición musical y dirección teatral.

La Liga de Madres de la República Argentina le otorgó el Premio Santa Clara de Asís y la Asociación de Escritores Argentinos la Faja Nacional de Honor. Recibió la mención de honor Domingo Faustino Sarmiento, que es otorgada por el Senado de la Nación, a su vez, fue reconocido por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, como también sus obras por la legislatura entrerriana en ambas cámaras.

La Fundación Juan de los Santos Amores, el Instituto de Arte Folklórico y el Museo del Cabildo de Buenos Aires, lo declararon Prócer de la Cultura por su trayectoria en defensa de la cultura y tradición de nuestra Patria. Este 29 de noviembre, la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Entre Ríos, lo declaró “Ciudadano Ilustre de la Provincia de Entre Ríos”.

Ha creado más de 400 obras musicales, 29 libros publicados y 20 grabaciones con poemas y melodías del litoral. Además, ha compartido proyectos integrales con Víctor Velázquez, María Ofelia, Carlos Santa María, Los de Imaguaré, Marta Viera, Mario Alvarez Quiroga, Paquito Aranda, Alejandro Brittes, Hermanos Spiazzi, Silvina López, Las voces del Montiel, Los del Gualeyán, Beto Bahl y Los Musiqueros Entrerrianos.

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